Cuando no existía ni el espacio ni el tiempo yo ya te quería,
al momento del Big Bang, yo sabía que te amaba.
Cuando los primeros habitantes de la tierra emergieron, entendí de qué manera.
En los umbrales del tercer milenio, con cuánta intensidad.Y cuando la luz exhale su último hálito, iremos de paseo por esas últimas, soleadas y cálidas secuelas de luz para enseñarte, amor... lo que realmente es la eternidad.